miércoles, 6 de agosto de 2014

Restaurante Mero Toro: una Baja California muy potente

Hacia tiempo que pasaba por la puerta del Restaurante Merotoro en la Condesa y mi mirada espiaba todo lo que allí dentro sucedía. No podía intuir demasiado pero ya eran diferentes las fuentes que me animaban a visitarlo. Así que aprovechando una invitación (muy) esperada por mi último cumpleaños, celebramos el año y seis meses con comida y vino de Baja California.

Restaurante MeroToro
Amsterdam 204, Hipodromo Condesa
México DF

El Restaurante MeroToro está situado en plena Condesa, ni más ni menos que en la ovalada calle de Amsterdam repleta de deportistas domingueros y de fresas paseando sus perros por la calle que hace tiempo fue la pista de un hipódromo.

El local es alargado y sin ventanas, los techos no demasiado altos, no es precisamente el local ideal. Por suerte, pudimos quedarnos con unas mesas situadas al inicio del salón. Donde hay más luz y tranquilidad que al fondo de la sala, todavía más cuando hay una pantalla con los partidos del mundial, lo cual me sorprendió en un restaurante que se sitúa en un rango de nivel alto.

Primera visita al restaurante MeroToro y a diferencia de otras ocasiones no había hecho ninguna búsqueda para informarme de las mejores opciones así que decidimos dejarnos guiar por los meseros que en todo momento estuvieron muy atentos y se mostraron conocedores de su carta.



Comenzamos por unas tostas de pulpo: variedad de texturas y colores. Y todo los ingredientes conjuntados por la salsa. Una entrada perfecta para situarnos, muy bien acompañada por el vino Llave Blanca de Baja California. Le siguió un risotto de tuétano teñido por la salsa de vino que lo acompañaba, un sabor increíble, difícil de concentrar más en una sola cucharada. El tuétano con su untuosidad estaba exquisito.



Tratandose el Merotoro de un restaurante de Baja California, me sorprendió que en la sección de platos principales abundara la carne y no hubiera tanto pescado como habría esperado de un restaurante de esta región, a pesar de ello los platos lucían bien. Elegimos un huachinango al horno y una quijada de cerdo con lentejas. La carne, de nuevo llena de sabor y el huachinango presentada en una tajada de amplio grosor bueno, terso y suave, quizás demasiado suave contrastando con los platos tan potentes que habíamos pedido hasta el momento.





Por las características del local aconsejaría elegir una de las mesas de la entrada y así evitar ruido. El precio fue de 700 MXN por cabeza, entrante, plato principal y vino. Precio alto. Platos originales pero ceñidos al sabor, sin grandes piruetas aunque naturalmente no se trata de la cocina de Baja California tradicional. Los sabores realmente intensos. El servicio fue atento y hubo buen timing entre los diferentes platos.

No encontré la carta centrada en el pescado que me esperaba, sin embargo, una muy buena experiencia situada en una zona bastante concurrida. Seguro que has pasado 100 veces por aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario